Seguro ya muchos de ustedes han escuchado de viva voz nuestra historia aquí una vez más se las contamos de nuevo
Aunque nuestro encuentro fue de hace tres años, quizá cada uno tenía señales de encontrarnos de algún modo.
Sin nunca imaginarnos que siendo de pueblos tan distantes, separados por más de 10,000 km,
algún día podríamos estar juntos. Definitivamente las nuevas tecnologías jugaron un papel
muy importante nos ayudaron mucho, y en específico estas apps de conocer gente, en las que
tuvimos que besar uno que otro sapo para al fin conocernos. Después de varios intentos en los
que la misma tecnología y un bicho pandémico quisieron jugar con nuestro destino, por fin un
día frío de noviembre llegó para conocernos, tras diversos cuestionamientos propios de la
ocasión, proseguimos a una cena en la que, por la pandemia, no hacían más que apresurarnos
por servir y cerrar, ante tal suceso y todos desconcertados, intentamos seguir una
conversación trunca, que, sin saber, retomaríamos hasta meses más tarde.
Otra vez, la estación del año, las alergias y los nervios, se entrometieron en nuestro destino,
para hacer de las suyas y que una saliera corriendo para no volver jamás, bueno eso pensó ella.
Ante dicho evento, los intentos por retomar esa primera conversación, fueron incesantes,
aunque sin obtener el éxito esperado, pero eso no bastó para la rendición, ni para seguir en el
intento. Después de varias intentonas, hubo fumata blanca y se retomaron las conversaciones,
para continuar con las risas eternas, la complicidad, el equipo que formamos y la familia que
somos con una pequeña personita que nos cansa a la vez nos alegra nuestros días.

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